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Postura de la cabeza y el cuello

Existe una controversia sobre si los saurópodos sostenían sus cabezas en posición vertical u horizontal. La afirmación de que los cuellos largos de los saurópodos eran usados para buscar en árboles altos fue puesta en cuestión sobre la base de los cálculos de la energía necesaria para crear la presión arterial de la sangre para la cabeza en posición derecha. Estos cálculos sugieren que esto le hubiera tomado la mitad de su energía. Además, para proveer sangre a la cabeza en posición vertical tendría que requerir una presión sanguínea de alrededor de 700 mmHg en su corazón. Esto hubiera requerido que sus corazones fueran 15 veces el tamaño de una ballena, lo cual a su vez sugiere que lo más probable es que sostuvieran sus cabezas en posición horizontal, de manera que se pudieran alimentar de plantas en un área bastante amplia sin necesidad de mover sus cuerpos. En apoyo de esto, las reconstrucciones de los cuellos del Diplodocus y del Apatosaurus muestran que básicamente son derechos con una pequeña declinación que orienta a sus cabezas en una postura neutral cuando están cerca del piso.

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Sin embargo, la investigación sobre animales vivos ha sugerido que las cabezas de los saurópodos se sostenían en una curva con forma de S. Las inferencias sacadas a partir de los huesos con ‘posturas de cabeza neutrales’ no son tan confiables, según esta investigación. Si se aplica a animales vivos implicaría que también mantienen su cabeza en esa posición, a pesar de que no lo hacen.

Locomoción y huellas

Las huellas de los saurópodos y otras huellas fósiles son conocidas a partir de abundantes evidencias en la mayoría de los continentes. Las huellas han ayudado a apoyar otras hipótesis biológicas acerca de los saurópodos, incluyendo la anatomía del pie trasero y general fore. Generalmente las huellas de los pies delanteros son mucho más pequeñas que las del trasero, y usualmente de forma creciente.

Ocasionalmente las icnitas preservan rastros de las garras y ayudan a confirmar cuáles grupos de saurópodos perdieron garras e incluso dedos en sus pies delanteros.

Por lo general, las huellas de los saurópodos se dividen en tres categorías basadas en la distancia entre los miembros opuestos: angosto, medio y ancho. El indicador de la huella puede ayudar a determinar cuán separados estaban los miembros de varios saurópodos y de qué manera podría haber afectado esto la forma en que caminaban. Un estudio de Day y sus colegas del 2004 muestra que se puede encontrar un patrón general entre los grupos de saurópodos avanzados, donde cada familia de saurópodos está caracterizada por ciertas huellas. Descubrieron que la mayoría de los saurópodos tenían miembros angostos (con excepción de los titanosaurios), con impresiones fuertes de una garra en el pie anterior. Las huellas medianas con impresiones de garra en el pie delantero probablemente pertenecían a los braquiosáuridos y a otros titanosauriformes primitivos, que evolucionaron hacia miembros más grandes pero retuvieron sus garras. Los verdaderos titanosaurios primitivos también retuvieron su garra del pie anterior, pero evolucionaron con miembros muy anchos. Los miembros anchos se mantuvieron en los titanosaurios avanzados, de los cuales las huellas muestran una medida ancha y una falta de garras o dedos en los pies anteriores.

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