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Mecanismos propuestos

La licantropía clínica es una enfermedad rara y se la considera como expresión idiosincrásica de un episodio psicótico causada por otra condición como la esquizofrenia, el desorden bipolar o la depresión clínica.

Sin embargo, hay sugerencias sobre ciertas influencias neurológicas y culturales que pueden llevar a la expresión de la transformación que define a la enfermedad.

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Factores neurológicos

Un factor importante puede ser las diferencias o cambios en partes del cerebro involucradas en la representación de la forma del cuerpo. Un estudio de neuroimagen sobre dos personas diagnosticadas con licantropía clínica mostró que estas áreas tenían actividad inusual, lo que sugirió que cuando las personas decían que sus cuerpos cambiaban era posible que estuvieran sintiendo genuinamente esos cambios. Las distorsiones de la imagen corporal no son desconocidas para las enfermedades mentales y neurológicas, por lo cual esto puede ayudar a explicar al menos una parte del proceso. Otro interrogante se pregunta por qué la persona afectada no dice simplemente que su cuerpo ‘parece estar cambiando de manera extraña’ en lugar de decir que se están transformando en un animal específico. Hay mucha evidencia de que la psicosis es más que un trastorno de las percepciones, por lo cual la licantropía es el resultado de estas experiencias corporales extrañas producidas por una mente trastornada de antemano, quizás marcada por tradiciones culturales o ideas.

Contribuciones culturales

Las influencias culturales tienen mucha importancia sobre el contenido de la psicosis y de las experiencias psicóticas, y existe una gran variedad de recursos humanos cuando se trata de temas relativos a las transformaciones de hombre a animal, ya que muchas sociedades la incluyeron dentro de su mitología, historias y rituales. También hubo casos de niños huérfanos criados por animales luego de perder a sus padres. El psiquiatra Lucien Malson reunió más de cincuenta casos en su libro Niños lobo y el problema de la naturaleza humana. Más casos fueron reportados desde su publicación en 1964, lo que dio lugar a pensar que algunas creencias sobre licantropía pueden originarse en  inusuales relaciones familiares entre humanos y animales.

Aunque la mayor parte de la psiquiatría asume que alguien que se cree que es un animal está mentalmente enfermo, una persona que intenta deliberadamente llegar a lo mismo con pociones psicoactivas y rituales es considerada un chamán en varias sociedades del mundo.

En tiempos antiguos el estado del paciente se consideraba que era causado por posesión. Mercellus de Sida cuenta que en Grecia los pacientes frecuentaban los cementerios de noche, y eran reconocibles por su complexión amarillenta, ojos hundidos y lengua seca.

En Abisinia el paciente generalmente era mujer, y se distinguían dos formas, una causada por hiena y otra por leopardo. Una especie de trance las afecta; sus dedos se hinchan, sus ojos se ponen vidriosos y las fosas nasales se distienden; la paciente, cuando vuelve en sí, se ríe en forma chillona y corre en cuatro patas. El exorcista es un herrero; como regla, aplica cebolla o ajo a su nariz y procede a interrogar al espíritu malvado.

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