Los recién transformados

Los primeros días después de salir de un coma vampírico son especialmente difíciles para ellos. Un vampiro recién transformado se despierta desorientado, su juicio está nublado por los impulsos y recuerdos de su vida previa. Pero todo eso se ve superado por un intenso deseo de sangre. Esta necesidad eventualmente regresa al vampiro a su foco, y lo encamina a encontrar maneras de saciarlo.

Grupos de cazadores

Aunque no es raro encontrar vampiros solitarios, la mayoría encuentra ventajoso reunirse con un grupo o crear uno nuevo. Cada camino tiene sus propias ventajas. El unirse a un grupo existente ofrece seguridad, acceso a sangre y protección de los otros miembros. Sin embargo, los miembros nuevos están al final de la cadena de importancia y por eso suelen ser obligados a ponerse en situaciones peligrosas. Además, los miembros nuevos de un grupo son los últimos en alimentarse, si es que lo logran. Los vampiros con cualidades de liderazgo pueden sentirse más cómodos cazando por su cuenta.
Como los vampiros no pueden reproducirse, el grupo es la unidad familiar en sus vidas. En un grupo exitoso, cada vampiro tiene su rol y hay pocos problemas. Un grupo típico está conformado por cuatro vampiros, donde uno es el Alfa y los otros tres son sus subordinados. Cuatro parece ser el número ideal para un grupo cazador; si son más, no todos se alimentarían, y si son menos, la cacería se hace más riesgosa. Claro que, en un pasado distante, cuando el control de los vampiros se encontraba en un estado más primitivo, grandes ejércitos acechaban pueblos enteros.

¿Los vampiros tienen sentimientos? ¿Aman? En un sentido limitado, sí. Los vampiros son capaces de desarrollar lealtades y de comportarse desinteresadamente en nombre de su grupo. Sin embargo, el grupo es la única área de sus vidas donde no son mercenarios.

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